Me propuse publicar dos o tres libros más. Sólo me quedaba elegir una temática, hacerme un índice de capítulos y ponerme a escribir hasta terminarlo. Parece fácil ¿no?
La vuelta de vacaciones tras unas semanas de desconexión siempre es un buen momento para formarte antes que la rutina del día a día se instale otra vez por completo.
He estado mucho tiempo sin saber qué era el coworking. Hasta que me aceptaron como estudiante de prácticas en CREC y entendí porqué cada vez es más popular.
No sé tú, pero yo vivo pegada al móvil. El hecho de ser freelance, autónoma o emprendedora -llámalo como quieras- hace que mi oficina quepa en la palma de mi
“El peor coworker del mundo”. Fin del post. Este sería el resumen de mi artículo. Parafraseando el fantástico álbum de Sidonie me autodenomino irónicamente de esta manera.
Dicen que el emprendedor normal se obsesiona con el dinero y que el emprendedor brillante se obsesiona en tres aspectos: aportar valor, ser disruptivo y dormir bien.