¿Cómo crees que trabajaremos después del COVID-19?
No aporto nada nuevo cuando digo que estamos viviendo unas semanas (o meses) excepcionales y donde reinan la incertidumbre y la sobredosis de información. La situación de confinamiento provocada por el COVID-19 ha trastornado la vida de todos en todas sus vertientes. Tanto a nivel personal como profesional, la mayoría de nosotros hemos tenido que adaptarnos a cambios que han llegado de un día para otro. Y eso, me ha llevado a preguntarme: ¿Cómo será el trabajo tras el COVID-19?
Uno de los temas que más preocupa es el impacto económico de esta crisis sanitaria, a corto y largo plazo. Ha quedado claro que como sociedad no estábamos preparados para abordar una situación de esta magnitud. La excepcionalidad del momento ha obligado a empresas y administraciones en todo el mundo a tomar medidas extraordinarias y afrontar el reto de mantener la actividad económica con oficinas, fábricas y locales comerciales y de ocio cerrados durante un tiempo indefinido.
Fotografías de Vera García
«El teletrabajo es un fenómeno que penetra lentamente en la cultura de muchas empresas españolas y ha cogido por sorpresa a muchas de ellas»
España, Portugal, Grecia e Italia están en la cola de la UE en teletrabajo
En nuestro país, uno de los trending topics de las últimas dos semanas ha sido el teletrabajo. Es un fenómeno que penetra lentamente en la cultura de las empresas españolas y que ha cogido por sorpresa a muchas de ellas, así como trabajadores/as que nunca habían disfrutado o sufrido, según se mire, de hacer su trabajo desde casa. Según el estudio Workmonitor 2019, elaborado por la consultora de recursos humanos Randstad, en España el 70% de las empresas no permitían trabajar en remoto el año pasado. Se trata de un porcentaje elevado si lo comparamos con países como Francia (64%), Alemania (52%), Noruega (51%) o Austria (47%). ¿Seguirá siendo así el trabajo tras el COVID-19?
«Hay que replantear ciertas prácticas laborales una vez superamos la situación actual»
El hecho de que muchas empresas se hayan visto obligadas a trabajar a distancia ha generado un gran debate en las redes sociales y los medios de comunicación. El centro de la cuestión es que hay que replantear ciertas prácticas laborales una vez superamos la situación actual. Rastreando por encima Twitter y LinkedIn, encontramos miles de testigos que relatan cómo les ha afectado este cambio repentino en su forma de trabajar. Sin embargo, se puede percibir un sentimiento generalizado de que lo que se debe revisar con más urgencia es la flexibilidad y la capacidad de adaptarse a las necesidades de los trabajadores.
Me refiero a que cada persona tiene necesidades y capacidades diferentes a nivel familiar, de transporte y de espacio. Es decir, trabajar desde casa puede ser un problema o un beneficio dependiendo de las condiciones. Tomando la temperatura en las redes, podemos extraer también que la soledad es un fenómeno que, pasadas dos semanas de confinamiento, empieza a causar efectos negativos en mucha gente. Sobre este concepto (tabú, en cierta medida) tanto presente en nuestra sociedad, os recomiendo el último artículo de Oriol Estela, excoworker y coordinador general del Plan Estratégico Metropolitano de Barcelona.
«Es probable que las empresas implanten nuevas políticas de conciliación familiar, flexibilicen los horarios o replanteen el espacio de trabajo que necesitan»
Es probable que esta «transformación social forzada» que vivirá el trabajo tras el COVID-19 cambie los esquemas de muchas empresas. Puede ser, por ejemplo, implantando nuevas políticas de conciliación familiar, flexibilizando los horarios o repensando el tipo de oficina o espacio de trabajo que necesitan. No hay ninguna duda de que estas semanas de incertidumbre y turbulencias provocarán cambios en cómo y dónde trabajamos.
¿Tendrá sentido que una empresa tenga una oficina para toda su plantilla? ¿Es sostenible que todo el mundo se desplace cada día al lugar de trabajo? ¿Como es de eficiente trabajar siempre en casa? Este tipo de preguntas y muchas más nos haremos durante y después de esta crisis.
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