«CREC Coworking no debe adaptarse al cambio: debe liderar el cambio»
La pandemia nos ha sacudido a todos. Y nos cambiará para siempre. Seguramente no seremos ni mejores ni peores personas, pero muchos de nuestros hábitos y valores no volverán a ser como antes. Ni en lo personal ni en lo laboral. El mundo ya nunca volverá tal y como lo conocíamos… O, al menos, así debería ser para Roman Calavera, CEO de CREC Coworking Barcelona y Sabadell.
Para él, volver atrás no es una opción. De hecho, es casi un asunto de vida o muerte. Y por eso, tiene todas las miradas puestas en el futuro. La hemos entrevistado para saber cómo está viviendo la pandemia, como ha cambiado su manera de ser y qué papel tendrá el coworking para las próximas generaciones. Su punto de vista es claro: CREC Coworking debe liderar ese cambio.
Fotografías de Nicola Mesken
¿Cómo vive un emprendedor como tú la situación de la COVID-19?
La situación es complicadísima. Vivimos una pandemia, y tenemos que gestionar esta realidad con un espíritu positivo. Aparte de la problemática, yo veo una gran oportunidad. Una oportunidad para cambiar grandes esquemas y valores, potenciar el teletrabajo, cambiar las formas de relacionarnos, replantear la sostenibilidad… Hay muchos conceptos nuevos o que ya estaban que han ganado protagonismo. Han llegado para quedarse. Y ahora tenemos que encontrar la manera de encontrar ámbitos mucho más humanos.
¿Cómo crees que lo ha gestionado el equipo de CREC Coworking?
Creo que lo hemos entendido bastante bien. Enseguida tuvimos claro que no nos podíamos sentar a ver el impacto. Teníamos que caminar mientras la crisis impactaba. Pensar nuevos escenarios, saber qué queremos hacer de nuevo en nuestros espacios y cómo queremos que sean. Ahora mismo nadie tiene ninguna respuesta para el futuro. Pero la parte buena es que no hay ninguna solución imposible. Y en CREC siempre hemos tenido esta dinámica en mente.
¿Cuál es el cambio más grande que notas a CREC Coworking desde el mes de marzo hasta ahora?
Lo más evidente son las medidas sanitarias del protocolo CREC Care. Pero lógicamente, veo un cambio psicológico muy grande en los coworkers. La falta de estar cerca, de emocionalidad, la pérdida de los encuentros sociales… Ahora mismo no se puede tener. Pero debemos pensar en las oportunidades para volver a ser cercanos y emocionales de una manera diferente.
«CREC Coworking no debe adaptarse al cambio: CREC Coworking debe liderar el cambio»
¿Y ese impacto psicológico cómo crees que afectará a la manera de trabajar de los coworkers y Community Builders?
Pienso que la gente sabe perfectamente lo que hay. Hemos pasado la fase de duelo y ahora toca la fase de moverse. Las empresas que se han quedado sin negocio han de volver a tenerlo. Las empresas que lo han tenido han de ver como canalizar el éxito. Veremos en qué situación quedan las oficinas que no aportan un valor humano más allá del espacio y como los empresarios adecuan las formas de teletrabajo de sus empleados.
El gran cambio de mentalidad se puede producir con la regla de los 15 minutos: Que cada persona pueda construir un modelo de vida sostenible y saludable en el que el trabajo, la escuela, el ocio, la actividad física… Se encuentra a unos 15 minutos de distancia. Favorecer desplazamientos más sostenibles a pie, en bicicleta… Esto significará ser más verdes y, por tanto, la gente será más feliz. Es la moraleja que debemos sacar: Pasar este trance para vivir mucho mejor en un futuro inmediato.
Y por tanto, ¿cómo crees que debe adaptarse CREC Coworking a este cambio?
CREC Coworking no debe adaptarse al cambio: CREC Coworking debe liderar el cambio. No somos un espacio de alquiler de mesas. Somos un espacio que invita a nuevas formas de tratar negocios y personas. No hay límites para la creatividad y la innovación. Partimos de las filosofías de sinergias, de colaboración, de puertas abiertas a nuevos proyectos… Y esto permite un liderazgo capital en estos momentos.
¿Puede que, en cierto modo, los CRECWorkers ya se hubiesen anticipado a un cambio de mentalidad?
Pienso que CREC ya nació hace 7 años en esta línea. Sabíamos que era una buena solución para los autónomos y las empresas poder instalarse en un coworking, un espacio donde coinciden proyectos de todo tipo y de todas las edades y donde cada uno puede organizar su manera de trabajar. Y la base del futuro es seguir cambiando la mentalidad de la gente que aún no ha descubierto el potencial del coworking.
Queremos conocer todos aquellos trabajadores que quizás se han desviado de su camino, y también aquellos jóvenes que aún no han ni empezado su camino. Debemos hacerles propuestas casi «punks» para que se atrevan a dar un paso adelante.
«Uno más uno ya no suman dos. No sumamos personas, sino esfuerzos»
¿Y por qué desde el principio ha sido tan importante crear colaboraciones?
Porque ahora mismo, uno más uno ya no suman dos. No sumamos personas, sino la suma de esfuerzos. Unimos la creatividad, el empuje, la motivación hacia uno mismo y hacia los demás… Y en CREC Coworking queremos vehicular esta suma de talento.
Una de las principales novedades post-confinamiento es CREC Care. ¿Qué esperas de ello?
Sin duda es más que un protocolo. Es una filosofía que ha venido para quedarse. Cuando termine la pandemia, CREC Care no dejará de existir porque no son sólo medidas sanitarias: son medidas sociológicas. Todos queremos trabajar en un entorno seguro, que nos haga sentir bien, y esto no sólo es importante desde el punto de vista de protegerse de la COVID-19, sino también para ganar en bienestar emocional cuando haya terminado.
¿Qué otro proyecto de futuro crees que llegará para quedarse?
Estamos trabajando en CREC Cluster, un proyecto que quiere llevar CREC Connect un paso más allá. Queremos que los coworkers no sólo aporten a la sociedad de manera individual, sino que conecten con el entorno y formen un gran colectivo con mucho valor añadido.
Hablando de conceptos de futuro… ¿Por qué la sostenibilidad es y será un valor clave?
Por dos razones. La primera es muy sencilla: porque no hay más remedio. El mundo, o es sostenible o no será. Y a todos nos gusta pertenecer a este mundo. Y la segunda es que dará una calidad de vida mucho más alta. Si los desplazamientos son más cortos y limpios, esto implicará una mejora muy grande.
En esto, siempre pienso en el economista Jeremy Rifkin y explica que «el mundo será el que la masa quiera». Pero no se refiere a una masa como una acumulación de gente, sino gente que no para de pensar. La suma de muchas diferencias, de personas que tienen cada una un criterio y consiguen formar uno solo. Y este criterio debe ser el de globalidad y, por tanto, de sostenibilidad.
«O caminamos, o morimos. Y en los peores momentos es cuando debe salir lo mejor de cada uno»
¿Y qué pasaría si volviéramos a la realidad previa a la pandemia?
Bueno, es que el gran problema no es la pandemia. Esto es un bache. El problema será justamente querer volver a llevar el mundo como lo conocíamos antes. Esta crisis será un juego de niños si, por ejemplo, estalla el cambio climático.
Todos nos hemos puesto en alerta con la COVID-19, y debe servir para aprender qué hacemos con un mundo que, como ha quedado demostrado, no funcionaba correctamente. ¿Qué hacemos con la sostenibilidad que comentábamos antes, con el agotamiento de recursos… Estos son los grandes retos y no podemos mirar más atrás. O caminamos, o morimos. Y en los peores momentos es cuando debe salir lo mejor de cada uno.
El coworking nació a partir de la última crisis económica. ¿Crees que ahora también está ante una gran oportunidad?
Y tanto. La oportunidad es magnífica. Y lo es también por dos motivos: Porque la gente necesita sentirse conectada con un entorno de colaboración y porque es necesario repensar todos los modelos de negocio. Ya no se necesitan tantos metros cuadrados, ya no hay que hacer un horario fijo, ya no es necesario que coincidan todos los trabajadores a la vez…
El coworking debe ser la mejor opción para todos. Y también para un sector muy importante de la población: La gente joven y los niños. Ellos deben crecer sabiendo que el futuro ya no es algo tradicional como el que hemos vivido hasta ahora. El futuro es conciliar la vida laboral y personal y hacer crecer las ideas gracias a conocer otra gente.
«El mundo nos ha dado la oportunidad, a todos, de empezar de nuevo. Y en eso somos unos afortunados»
Y para terminar: ¿Cómo piensas que ha cambiado Roman Calavera con esta situación?
Yo noto que he cambiado muchísimo porque he vivido un impacto emocional muy fuerte. Me he vuelto a pensar en mí mismo, he revisado mis valores… Y he pasado por diferentes estados de ánimo. Primero, tuve una época de mucha frustración con la sociedad porque no entendía cómo la gente seguía teniendo la misma conducta. Pero ahora lo vivo con motivación para que cada vez haya más gente cambiando de mentalidad. Cada vez hay más personas que están «volviendo a nacer», que ha eliminado su yo interior para dar paso a otro nuevo. Ahora, podemos dejar atrás nuestra mochila. El mundo nos ha dado la oportunidad, a todos, de empezar de nuevo. Y en eso somos unos afortunados.
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