¿Sabemos realmente qué es emprender? – Anabel Valero

Seguro que si preguntamos a todos y cada uno de nosotros: “¿Qué es para ti emprender?” Nuestras respuestas serían distintas. Y es que más allá de lo que se expone en la Real Academia Española, emprender es mucho más que “empezar a hacer una cosa determinada que exige esfuerzo o trabajo”. Siempre he pensado en emprender como un estilo de vida al cual nos adherimos ciertas personas con inquietudes, miedos y muchas ganas de superarnos y aportar algo bueno a la sociedad.

Yo misma me considero emprendedora desde siempre, aunque hace menos de un año que empecé a hacerlo realidad en el ámbito laboral. En ese momento, puse en marcha un proyecto en el que, además de compartir arte, comunico (o eso intento) valores como el respeto hacia las personas y el entorno, el amor propio y la solidaridad. Todo esto lo hago impulsando una pequeña marca de ropa pintada a mano: Ana.HandmadeShop.

 

 

“Emprender es una actitud ante la vida y, también, un proceso vital en el que error y aprendizaje están asegurados”

 

Pero a lo que iba… Emprender, si más no, es una actitud ante la vida y, también un proceso vital en el que el error y el aprendizaje están asegurados. Y es que, crear “algo” desde cero nunca es fácil y conlleva poner al descubierto tus inseguridades y creencias limitantes, de las que ni siquiera eras consciente, para trabajarlas y afrontarlas. Y esto, es una fuente de crecimiento personal y autoconocimiento bestial.

Quizás porque soy emprendedora junior (y aun me queda mucho por aprender), o una motivada de la vida, creo que hay que entender el camino del emprendimiento siempre desde una óptica positiva y súper constructiva. ¿Los motivos? Se me ocurren algunos:

1. Te conoces: Pones en marcha una aventura y das mucha caña a tu proceso de autoconocimiento. Quieras o no, emprender conlleva conocerte. Esto es así. Y es que te das cuenta de quién eres, cuáles son tus valores fundamentales, como haces las cosas, cómo recibes las críticas, como vives los errores y los cambios inesperados. Y, obviamente, también cómo vas recogiendo tus frutos.
2. Te das valor: Está muy atado a lo primero, pero es muy importante recalcarlo. Creo que si algo de verdad te llevas en este proceso es que aprendes a darte valor a ti y a tu trabajo. Y esto es totalmente necesario para el éxito de tu proyecto, pero sobre todo para tu felicidad.
3. Te adaptas a los cambios: En el camino te encuentras con muchos retos inesperados que ponen a prueba tu fuerza de voluntad y tu resistencia al cambio. Aprendes a planificarte sin obsesionarte y, entiendes que el cambio forma parte de la vida y, por ende, de tu proyecto.
4. Te empoderas: Los inicios son difíciles, no lo vamos a negar, y muchas veces más largos de lo que creías. Pero aquí está la gracia. Cuando cumples con tus propósitos o incluso con éxitos que ni habías planificado, te das cuenta de lo grande que eres y de todo lo que puedes llegar a hacer. ¡Sin duda son dosis de autoestima!

 

 

“Aprender conlleva conocerte. Esto es así. Y es que te das cuenta de quién eres, cuáles son tus valores fundamentales, cómo haces las cosas…”

 

Podría dar muchos más motivos para emprender, pero realmente es algo que te tiene que apetecer y motivar. Es como iniciar una relación, comenzar a estudiar una carrera o irte a vivir a otro lugar. Es algo más en la vida que más que suceder, tú mismo creas y decides.

En mi caso, aunque realmente mi proyecto nació hace muy poquito (y, las cosas como son, me lo tomo con calma) creo que el aprendizaje que estoy haciendo es mucho mayor de lo que me había planteado en un inicio. Porque más allá de pintar y poner en marcha mi talento, emprender es llevar una empresa, con todos y cada uno de sus «departamentitos»: Desde la producción hasta la atención al cliente y el marketing de cada producto. Pero ahí está. Todo esto es lo que hace posible que emprender sea un proceso tan emocionante. ¿Te animas?