Ya he emprendido: y ahora, ¿qué?
Estamos en la era de los emprendedores, de eso no hay duda.
Desde hace varios años, un poco por el cambio de cultura de las nuevas generaciones y un mucho por la situación económica, está a la orden del día eso que llamamos “emprender”. Pero hoy me gustaría comentar con vosotros el siguiente paso: ¿qué pasa cuando has emprendido?
1. Vamos a emprender.-
Si miramos el significado de esa emprender, vemos que es algo así como “comenzar un negocio, especialmente si encierran dificultad o peligro”. Creo que casi todos los que nos hemos montado en este barco, estamos de acuerdo con ese significado (sobre todo con lo de la dificultad y el peligro, ¿verdad?).
Si buscamos por internet o vamos a una charla de orientación profesional, nos dirán que es duro pero que es maravilloso, porque somos nuestros propios jefes, mandamos en nuestra empresa, tomamos nuestras decisiones… Cosas así.
Y es todo cierto, no digo que no. Lo que se habla menos es de esa dificultad o peligro. Y del miedo. O, mejor dicho, los miedos: al fracaso, a la ruina, a las malas decisiones… Y mil más.
2. ¡OMG! Ya hemos emprendido.-
Una vez que hemos pasado la primera época, hemos llorado de emoción con nuestro primer (y segundo y tercer) cliente, nos hemos enfadado con el gobierno por todos los impuestos que pagamos y hemos tenido que hacer frente a varias malas decisiones, ¿qué pasa?
He comentado todo esto con varios compañeros del Crec y me ha encantado comprobar que todos piensan diferente.
Por una parte me he encontrado los que piensan que emprender es una actitud y, por tanto, nunca dejamos de hacerlo. El equipo de Kokedama Soul me cuenta que, en todas las fases de su negocio, hay nuevos proyectos, por lo que no dejarán de emprender. Igual que Carles y Marta, que piensan que un emprendedor nace, no se hace, y que es una cuestión de comportamiento frente a los retos.
En otro lado, las chicas de Mimètik Bcn me dan un concepto más empresarial. Ven un punto de inflexión en el momento en que el negocio crece y es necesario cambiar la estructura del mismo. Una diferencia entre el momento en que emprendes y la situación a la que llegas cuando cumples los primeros objetivos y, por tanto, es necesario evolucionar.
En medio de todo, tengo a quienes no se sienten ni emprendedores ni empresarios. Alice dice que ella no se siente identificada ni con un ‘bando’ ni con el otro, que es fotógrafa y videomaker, nada más (y nada menos!). En cambio, Vicenç, de Noûs Camins Formació, me dice que él es generador de actividad (me ha encantado), que empezó a sentirse emprendedor cuando su proyecto comenzó a generar ingresos y que, hasta pasados 3 años, no considerará que su negocio ha madurado lo suficiente para dejar de ser emprendedor “junior”.
3. En resumen…-
La conclusión tras hablar con todos ellos es que da igual si nos llaman emprendedores, empresarios o freelances. Todos somos personas que estamos desarrollando nuestros proyectos, que lo que importa es que detrás de nuestros negocios estamos nosotros trabajando duro para comenzarlos y, lo más difícil, para mantenerlos cada día.
Eso sí, lo que sí que somos todos es crecworkers, y eso mola una barbaridad 😉
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